Pablo sinaí
El signo que habito
Diciembre 2021
Una pregunta inactual: ¿Y si la pintura no ha dejado de responder a las necesidades artísticas contemporáneas? ¿Y si la pintura –repito, luego de las múltiples sentencias de muerte– renace en cada trazo, traza, marca, color, línea, incisión, sutura y huella? Me refiero a la primacía de la forma. Al carácter de la composición. Al oficio del artista ab-negado (nunca héroe). Porque se sabe desde hace por lo menos medio milenio, la pintura es –en todos los tiempos verbales– una cosa mental entramada en un cuerpo que la asiste y la resiste y un cuerpo entramado en una mente que la asiste y la resiste para con- formar una imagen. Y esto le cabe, especialmente, al pintor de la cueva de los sueños olvidados.
