El ser humano es parte de su entorno, habita un contexto de tiempo y espacio concreto construyendo su vinculo con la naturaleza de diferentes maneras .

Muchas culturas a traves del tiempo han pensado a la tierra como una deidad femenina asociandola a la faceta materna: desde tiempos remotos hay un vínculo entre tierra y feminidad. Así, la gran diosa madre nos alberga y se transforma en nuestro hogar.

No hay vida humana sin tierra ni agua ni aire. Si hiciéramos un minuto de silencio en medio de nuestra vorágine contemporánea escucharíamos la música sublime de las plantas , los animales que nacen, crecen y se reproducen en esta cadena interminable, el latido de la tierra que es el globo que gira inexorablemente mientras van transcurriendo las cuatro estaciones en una cinta de Moebius, es el ritmo mismo de la respiración del conjunto de la naturaleza, Y nosotros, en ella.